El ‘increíble’ M. Rajoy
La sentencia de ‘Gürtel’ debería ser la tumba política del presidente, pero el drama es que no hay alternativa
SEGÚN la sentencia de la Audiencia Nacional, el PP es un partido de corruptos que se benefició de la corrupción de la trama Gürtel. En opinión del tribunal, está acreditado que el PP tenía una caja b. Dicen los jueces que el presidente del PP, Mariano Rajoy, no les ofreció “credibilidad” cuando testificó bajo juramento de decir verdad, lo que viene a significar que mintió... “salvo alguna cosa”.
Bien, y ahora ¿qué? Se supondría que una sentencia así debería ser la tumba política de Eme Punto Rajoy. Pero no lo será hasta que haya elecciones. El PSOE, que un día antes arremetía contra quienes habían “sostenido” a Rajoy con su apoyo a los Presupuestos -cuando los socialistas han sido el principal valedor del Gobierno español en su política en Catalunya y en la aplicación del 155-, fue incapaz de reaccionar de manera convincente. Ciudadanos se hacía el indignado al modo del capitán Renault, el policía corrupto de la famosísima escena de la no menos celebérrima Casablanca: “¡Qué escándalo, he descubierto que aquí se juega!”. Podemos, que ni está ni se le espera, se limita a las palabras grandilocuentes y a la invitación al PSOE a liderar una moción de censura.
He ahí la cuestión. Porque enlaza, además, con el espinoso tema de la aprobación de los Presupuestos. El PNV ha justificado su apoyo, entre otras cosas -sobre todo, los beneficiosos acuerdos económicos para Euskadi-, en la evitación del “abismo” que supondría la irremisible caída de Rajoy si el Gobierno no tenía Cuentas y la terrorífica previsible futura llegada a La Moncloa de Albert Rivera. Quienes insistían en que el gran drama era que se “apuntalaba” a Rajoy tienen desde ayer la motivación perfecta, legítima, viable, oportuna y de-mocrática de echar a Rajoy me-diante una moción de censura.
¿Se atreverá Sánchez? Podemos, tras fracasar la que presentó Pablo Iglesias hace un año, ya ha dicho que le apoyaría. Pero es más que dudoso que el PSOE se atreva. La terrible realidad es que hoy por hoy no hay alternativa creíble, real y posible en términos parlamentarios a Rajoy, un presidente evidentemente tocado y al que no le creen ni los jueces. Y lo que puede llegar, si alguno de los condenados ayer vuelve a la cárcel y tira, de verdad, de la manta. Un drama democrático.