Y es que el turco Halis Ozkahhya no tuvo fallos en un muy flojo partido. Y él tampoco se quiso complicar, por lo que ha dado un paso importante dentro de la UEFA.

La culpa la tuvieron los jugadores en un partido muy triste. En la primera parte el árbitro saco adelante el partido sin tarjetas. Solo hubo una penetración de Williams dentro del área, en la que cayó ante tres contrarios, pero en la que no hubo penalti alguno.

Más adelante, en el minuto 49, Aduriz gozó de una ocasión que falló y después, golpeó con el guardameta rival, haciendo que el delantero del Athletic cayera al suelo. Chocó, pero no existió ni falta ni penalti.

No hubo ninguna jugada más de peligro en todo el partido. Lo más lamentable fue la lesión de Iker Muniain, que no tiene buena pinta, y en estos momentos es el único jugador que se ha echado al equipo a la espalda. En la jugada de la lesión, el Athletic podía haber tirado el balón fuera del campo para que Muniain pudiera ser atendido, como también lo pudo hacer el equipo rival, pero sin obligación de hacerlo. El único que puede entonces detener el juego es el árbitro, en caso de que vea gravedad, y no lo hizo. También es cierto que Muniain no hizo gestos ostensibles para que el colegiado detuviera el juego.