EL montenegrino Pavle Radovanovic hizo un buen arbitraje, demostrando maneras para dirigir partidos de más nivel. Estuvo excelentemente ayudado en las bandas y es que en el minuto 12 anuló un gol a Aduriz, que remató a la perfección. En un primer momento me pareció que el delantero donostiarra estaba en posición correcta, pero al ver la repetición, es verdad que está adelantado. Por una frente. Acertó el asistente al levantar la bandera y no dar por válido el tanto firmado por el pichichi del Athletic, que en la segunda parte acabaría viendo puerta. Luego estuvo también acertado en todos los fueras de juego. En el minuto 15, el Dínamo Bucarest reclamó penalti por un empujón de Laporte a Nemec, pero el defensa de Agen simplemente le gana la posición. Los goles fueron totalmente legales y los jugadores ayudaron con su actitud. Un partido muy trabajado por los rojiblancos.
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