No te vayas de Navarra
LA conmoción social generada por el cese de las emisiones de ETB en Nafarroa se ha podido comprobar a lo largo de toda esta semana no solo por los pronunciamientos del Parlamento, del Gobierno o de los partidos políticos navarros -a excepción, claro está, de UPN que lo provocó- sino también de la gente en la calle que ha demostrado una gran capacidad de movilización ciudadana, con civismo pero firme, en la defensa de sus derechos.
Desgraciadamente, la captación de ETB es de esas cuestiones que aparecen una y otra vez. No es novedad que la acomplejada derechona de UPN haya recurrido a su primo zumosol PP de Madrid para que les apoye en su cruzada antivasca, esta vez intentando impedir que la gente vea la televisión vasca y en euskera. Tal como consta en sus declaraciones fundacionales, UPN nació en 1979 contra lo vasco en un momento de gran efervescencia política tras la dictadura. Y precisamente contra la posibilidad que abría la Disposición Transitoria IV de la Constitución de 1978 de configurar una Comunidad para todos los territorios vascos de Hegoalde.
Su obsesión incontrolada y su práctica política de enfrentamiento y ruptura social en la Comunidad Foral, ha dado como resultado que una parte del corpus social navarro practique la hostilidad hacia el euskera o contra cualquier atisbo de vasquidad. (Barcina llegó a denegar permisos para que Olentzero llegara a las calles de Iruñea).
Esa mala intención explica la ya larga historia contra la televisión vasca y contra el euskera. Por otra parte, ese imaginar enemigos en todos los lados responde, en mi opinión, más al miedo a la capacidad de decisión de la ciudadanía de Nafarroa, que al ejercicio normalizado y democrático de la política. Y no terminará en tanto en cuanto esos sectores ultraconservadores no actúen de manera democrática aceptando el derecho de la gente a hablar y pensar como quiera. Lo que parece más que improbable.
Visto desde los otros territorios vascos es incomprensible. Pero las cosas son como son y en Nafarroa hacer política tiene otras variables que la complican, justamente por esa quiebra social provocada con gran irresponsabilidad y con malas consecuencias para las navarras y navarros; así como también para sus instituciones actuales que, lamentablemente, deben perder mucho tiempo en gestionar el lío en lugar de utilizarlo en positivo.
Este follón de la televisión me viene bien para recordar que fue el aporte económico de la gente normal -compramos y vendimos unos bonos de 500 pesetas- lo que permitió la instalación del primer repetidor en Aralar. También me sirve para homenajear a Don Inocencio Ayerbe (cura del Santuario de 1945 a 2001, recuperador de la Cofradía de San Miguel de Aralar y defensor firme de nuestra lengua), un hombre comprometido con nuestro país y cuidador en Aralar de la antena proscrita de televisión lograda por suscripción popular.