EL otro día leía en este periódico un interesante artículo de Iñaki Aldekoa que recordaba una parte de la historia de nuestro pueblo y denunciaba la colaboración alevosa del Papado con los conquistadores del Reino de Nafarroa en 1512, por validar la violencia de las armas contra el poder legítimo navarro.

En el mismo sentido hemos insistido más de una vez aquí, pues se trata de que no se olvide dónde está y dónde no la legitimidad. A quien no escribe su historia, se la escriben. En esto el pueblo vasco denota una carencia enorme a la hora de articular el relato veraz -y necesario- que permita poner cada cosa en un sitio. Estereotipos, prejuicios, complejos, han hecho de nosotros y nosotras grandes enunciadores de principios políticos a la manera contemporánea pero olvidamos la necesidad de argumentarnos y socializarnos en nuestra historia. Resulta fundamental recordar, más ahora que andan por Madrid hablando de cambio constitucional y tenemos el riesgo de que utilicen, una vez más, los habituales argumentos falseados que nos atribuyen privilegios y niegan nuestros Derechos Históricos. Aquí sabemos de nuestra soberanía originaria y de nuestros fueros pero ¿los hacemos valer?

Detrás de esa modificación de la Carta Magna hay una clara amenaza contra las naciones que somos-les guste o no-, justamente en un momento en el que Catalunya y Euskadi -en Hegoalde resulta probable el trabajo conjunto y a futuro- pueden variar mucho el panorama político.

No se trata de desconfiar por desconfiar, pero me han saltado todas las alarmas al escuchar la coincidencia en el discurso centralista a políticos y políticas españolas de distinto signo e ideologías -¿será porque siguen creyendo aquello de su destino en lo universal?-.

El Concierto y el Convenio económicos, indispensables pero pequeño recuerdo de nuestras capacidades primeras, se presentarán como contrarios a la solidaridad. También la Disposición Transitoria IV será objetivo de primer grado para quienes no respetan a la ciudadanía y su capacidad de decidir lo que le conviene. Oiremos hablar del artículo 145.1 que prohíbe expresamente la unión de Comunidades Autónomas y venderán como desigualdad e injusticia esa posibilidad abierta para la CAV y Nafarroa en 1978. Durante años y años las fuerzas políticas españolas navarras se han dedicado a procurar el enfrentamiento y alejamiento de los territorios vascos del sur, siendo la violencia uno de los mejores argumentos que han tenido, pero ahora la coyuntura podría favorecer lo planteado en dicha disposición: la decisión de la incorporación si la mayoría del Órgano Foral navarro competente así lo decidiera, convocara un referéndum y la mayoría de los votos válidos emitidos se posicionaran en ese sentido.

En tal fecha como hoy, en el año 778, tuvo lugar un importante acontecimiento histórico en Luzaide, Nafarroa. Esa noche los vascones, muchos menos y peor pertrechados, vencieron al ejército del poderoso Carlomagno demostrando que la astucia y el valor son tan importantes o más que la fuerza y el poder.