Muerte a precio de oro
los conflictos armados de la franja de Gaza y del Irak -este, a cuenta de la República Islámica (Isis)- han revelado un sorprendente punto flaco del sofisticadísimo arsenal occidental. Y es que la superioridad técnica de las “armas inteligentes” sobre las tradicionales es abrumadora, pero su coste lo es aún más.
Políticamente, las luchas de Gaza y el Irak no tienen nada en común, excepto la implicación estadounidense. Pero técnicamente ambas guerras son similares en sus planteamientos: palestinos e islamistas cuentan con arsenales primitivos, cohetes de fabricación casera y misiles primitivos de corto alcance, los palestinos; furgonetas, bazookas, y artillería ligera, los del Isis. Los islamistas, aguerridos por los años de guerra civil siria y el enrolamiento cada vez mayor de mercenarios, cuentan además con la ventaja de una tropa que sabe luchar, robar, asesinar y espanta así de antemano a los soldados que se les enfrentan, sean estos iraquíes, kurdos o chiitas.
Semejantes recursos bélicos no sólo son relativamente baratos, sino que tiene la gran ventaja de no requieren para su funcionamiento ni equipos de técnicos bien entrenados ni un despliegue de material auxiliar costoso, manejado por especialistas con una formación técnica muy alta.
En cambio los occidentales e Israel gozan de una superioridad militar aplastante -el 90% de los cohetes palestinos han sido destruidos en vuelo por los misiles anti-misiles israelíes- y horrorosamente cara. ¡ Un misil anti-misiles israelí tiene un coste global cercano a los 50.000 dólares ! Casi resulta más caro destruir los cohetes palestinos que dejarlos impactar. La suma total de los daños causados en Israel por las agresiones palestinas de este verano no llega a los diez millones de euros, según cálculos oficiales israelíes. En cambio, según esas mismas fuentes, el costo de las operaciones militares israelíes durante el mes escaso que duró el conflicto de Gaza supera los 1.500 millones de euros.
Y mientras una furgoneta armada con ametralladoras de Isis cuesta (si es que no ha sido robada de los arsenales iraquíes o sirios, que entonces resulta gratis) menos del 5% del valor de una bomba inteligente lanzada por la Aviación estadounidense para destruirla.
Para las luchas de Isis en el Irak faltan datos similares a los de Gaza debido al caos político-administrativo de la República Iraquí, pero tanto en el Pentágono como en la Casa Blanca resulta evidente que la ofensiva contra los islamistas radicales no puede limitarse a bombardeos con misiles “inteligentes”. No solo resultaría a la larga una ofensiva ruinosa, sino que sin el remate de una ofensiva con tropas de Infantería, la operación es totalmente estéril. Pero encontrar esa Infantería ya no es un problema militar, sino político?