Abjasia, por el camino de Ucrania
A pesar de que la operación Ucrania no le ha salida redonda ni muchísimo menos al Kremlin, Rusia sigue aplicando ese modelo de intervención en los países de su zona de influencia que desafían la política moscovita. El caso último es el de Abjasia, la provincia georgiana que obtuvo la independencia gracias a la guerra ruso-georgiana del año 2008.
El gran pecado del Gobierno abjasio ha sido la reciente declaración de su presidente, Alejandro Ankuab, tildando la integración euroasiática (unión aduanera de Rusia, Kazakstán y Bielorrusia) de "anacronismo desesperado". Y esa unión aduanera es la piedra angular del programa de Putin para la recuperación del protagonismo ruso en el mundo actual.
La consecuencia de las declaraciones de Ankuab y de sus reticencias a firmar la adhesión de Abjasia a la Unión Euroasiática ha sido la formación, hace dos semanas, de un "Maidán abjasio": varios miles de personas se reunieron en la capital -Sujumi- en "asamblea popular", exigiendo una vinculación mucho mayor de Abjasia a Rusia.
Para que la semejanza entre las crisis ucraniana y abjasia sea aún mayor, Ankuab ha hecho una pirueta a lo Yanukóvich y ha huido en plena crisis. Mejor dicho, en pleno diálogo con los dirigentes de la protesta. La entrada en el edificio presidencial de unos cuantos manifestantes asamblearios mientras el presidente negociaba con la oposición le dio pie a Ankuab para huir a lugar desconocido.
El vacío dejado por el presidente legítimo lo aprovechó uno de los cabecillas de la protesta para proclamar que el mando del país ha sido asumido por un "Consejo de cooperación de los partidos de la oposición y las organizaciones abjasias". El personaje en cuestión se llama Raúl Jadshimba y en los últimos años de la URSS fue un alto dirigente del KGB (servicio secreto soviético) en Abjasia.
Pero en esta república a la que solo han reconocido Rusia y un puñado de Estados, la crisis se ha empantanado como se empantanó en su día en Ucrania y el delegado de Putin para Osetia y Abjasia -Vladislao Surkov- fue a Sujumi para restablecer el orden.
Es muy probable que Surkov imponga allá la política grata a Moscú porque Abjasia se halla en una situación financiera pésima (como Ucrania) y su viabilidad depende totalmente de las aportaciones rusas. Y posiblemente consiga incluso la adhesión de la República a la integración euroasiática de Putin ya que en el país -como en Osetia - se hallan estacionados permanentemente varios millares de soldados rusos.