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Al Betis sí que le crecen los enanos

Al Betis sí que le crecen los enanosFoto: Zigor Alkorta

HAY que andarse con pies de plomo, o mejor con lengua en clausura ante la presencia cercana del árbitro y sus cuates. El pasado sábado Fernández Borbalán expulsó cuando se dirgía al vestuario en el descanso del Real Sociedad-Barça al técnico azulgrana, el Tata Martino, por llamarle pelotudo a Lumbreras, ayudante de Jagoba Arrasate, en una de esas cuitas sin mayor importancia que se dicen en caliente. ¡Expulsado por llamarle pelotudo!

El Tata es argentino, y pelotudo es una expresión muy común allá. Pero ante la reacción tan digna y contundente del colegiado pensé que el árbitro no podía ser tan subnormal; que la palabra debía entrañar un insulto insoportable y me tiré en plancha sobre el diccionario de la RAE: Pelotudo: 'que tiene pocas luces', 'que ha llegado a la adolescencia'; lerdo, parsimonioso, irresponsable'. ¿Y por eso expulsan al entrenador del mismísimo Barcelona? ¿Y no podía el tal árbitro entender que, ya que estaban jugando al fútbol, pelotudo tendría que ver con la pelota, que en realidad le estaba diciendo: 'Lumbreras, que lindo que jugás'.

Los árbitros además de juzgar las acciones de un partido interpretan las palabras como exégetas de una orden satánica. Paradigmático es el ejemplo del simpático Javier Aguirre, que suele llamar a sus jugadores, y también a sus amigos, hijos de puta, pero en buen plan y mejor rollito, cosillas de la tierra y el paisanaje, pero el trencilla Ignacio Iglesias Villanueva escuchó durante un Osasuna-Espanyol: "eso es amarilla hijo de puta", y en vez de deducir: 'Iñaki, salao, que el cospezón que le han atizado a mi jugador es de amarilla', entendió el lado oscuro y tenebroso del término, o sea: 'tu madre es una pelandusca', y se sintió ofendidísimo, natural, como los correspondientes comités que atendieron el tema y sancionaron al Vasco Aguirre con cuatro partidos.

El Tata Martino vio la segunda parte del Real Sociedad-Barça desterrado del banquillo y atónito, así que no pudo dirigir a los suyos ante la brava acometida de los txuri-urdin, que le dieron un palo de aquí te espero al engolado equipo catalán. El Tata admitió el ataque de entrenador que tuvo cambiando la esencia del tradicional juego azulgrana, y entonó el mea culpa poniéndose la venda ante el chaparrón de críticas que le están cayendo encima por su aberración; y menos mal que no tuvo la osadía de mentar a Fernández Borbalán, argumentando que la expulsión le dejó inerme y pasmado.

En cambio Gabriel Humberto Calderón se dijo: ¡esta es la mía! "Pido respeto para un club centenario", proclamó el entrenador del Betis, indignadísimo por la labor arbitral del extremeño Gil Manzano, en quien encontró la excusa perfecta para justificar la zozobra de su equipo. "¿Quién es el Betis? ¿estamos molestando?" Calderón añadió a modo de epitafio: "veo al equipo más vivo que nunca"; es decir, o bien el hombre sufre delirium tremens o tiene más cara que espalda, pues todo el mundo sabe que si el Betis no perdió por 0-6 fue por la impericia supina que mostraron los chicos de Ernesto Valverde, y si el Betis está como está no se debe a la mala cabeza y peores pensamientos de Gil Manzano, sino a lo mal que lo está haciendo el equipo verdiblanco, que camina como alma en pena, inexorable, hacia Segunda.

Fue raro el partido, con mala pinta y peor pálpito. Me vino al recuerdo el sesgo de levantamuertos con la que está jalonada la historia del Athetic. Definitivamente el encuentro estaba para tópicos, pues al Betis sí es verdad que le crecieron los enanos con el desafuero arbitral, ¡Villarato!, clamó el beticismo indignado; y no es menos cierto que a perro flaco todo son pulgas, o a lo mejor es que a los chicos les dio penica y no quisieron hacer sangre, ni leña del árbol caído y herido por el rayo; y sin embargo tuvimos que esperar hasta el minuto 88 para respirar tranquilos, cuando el Athletic con dos jugadores más desde el 57 por fin marcó el gol de la tranquilidad. El estreno goleador de Guillermo fue de lo poco bueno que deja tras de sí el encuentro, que sirve para constatar que el Athletic sigue en el bache futbolístico. Pero, ¡ojo al dato!, que no cunda el pánico: resulta que ya tiene más puntos y ha marcado más goles que en toda la Liga 2012-13.