lo bueno de jugar en lunes es que se tiene una perspectiva total sobre lo acontecido en el disperso fin de semana futbolístico y se puede sacar buena nota, enseñanza y moraleja al respecto. El viernes quedó varado el Valencia, que no pudo pasar del empate (1-1) en Málaga. Del sábado destaca la tunda (0-5) que le atizó el Real Madrid al Betis, circunstancia que terminó con la efímera y desangelada carrera de Juan Carlos Garrido como entrenador del equipo verdiblanco y ahora resulta que Cristiano Ronaldo y compañía se han metido de lleno en la carrera por el título, cuando hace un mes parecían prácticamente descartados.

También que Osasuna salió indemne de Granada (0-0), con lo cual el rival del Athletic el próximo domingo acumula cinco jornadas consecutivas sin perder y se sitúa a siete puntos del descenso, que marca precisamente el Valladolid, y a lo mejor los rojillos aguardan a los chicos de Valverde sin las angustias habituales y con el ánimo sosegado, aunque nunca se sabe si esta situación puede ser mala o buena.

Porque la vigésima jornada liguera, llegado ya el domingo, se metió en un berenjenal de aúpa. De fría mañana la Real Sociedad se dejaba en Getafe dos puntos de la forma más absurda, pues al cuarto de hora vencía 0-2. Cuando se barruntaba la goleada a ritmo de Tamborrada (feliz día de San Sebastián) aflojó y se dejó empatar, y todavía dispuso de la media hora final para sacar el partido con bien, dada la superioridad numérica que tuvo tras la expulsión de Borja, pero ni por esas. De seguido el Villarreal, el otro galgo que persigue con denuedo el goloso puesto que lucía con galanura el Athletic, se merendó al Almería sin alardes, pero con mucho oficio, y nos soprepasa.

Luego vino la traca. El Barça pinchó en el campo de chinchetas que sabiamente dispuso Joaquín Caparrós, un especialista de la cosa, y ni el genial Messi, que no encontró hueco con sus requiebros, ni el resto del reputado elenco de estrellas blaugranas pudo batir al espartano equipo valenciano, que celebró el empate como si fuera un triunfo considerable. Así que Caparrós salió del dentista (así define los partidos ante el Barça tras el 7-0 que su equipo recibió en el Camp Nou, al inicio de la Liga) indoloro, y provocando un incendio que enseguida se propagó por el Vicente Calderón.

Porque sabido que el Barça había empatado con el Levante, el Atlético de Madrid salió como un torbellino frente al Sevilla, jaleados por una afición entusiasmada ante la eventualidad de alcanzar el liderato en solitario, acontecimiento que no sucedía en casa colchonera desde la temporada 1995-96, cuando el Atlético ganó por última vez el título con su actual entrenador, el Cholo Simeone, ejerciendo sobre el césped de caporal sagaz y pendenciero. Villa adelantó al Atlético, pero se encontró con un Sevilla bronco y duro de roer, y tras una tontería de Juanfran, que cometió un penalti bastante absurdo sobre Bacca, Rakitic logró el gol del empate, desinflando a la hinchada.

Pero vayamos por partes, que hoy es lunes y en consecuencia juega el Athletic. Ya sabemos qué han hecho sus máximos rivales en la carrera por la cuarta plaza y la Champions. El Villarreal, con un punto más, nos ha desplazado de tan apreciable lugar, y ahora el equipo rojiblanco está el quinto. La Real se queda a tres, y el Sevilla (¡ojo!), que ha encadenado ocho partidos consecutivos sin perder, se coloca a cinco puntos; y se puede decir que el Valencia, a doce de distancia, ya cuenta poco en esta apasionante disputa.

Pero llega el Valladolid también con la lección aprendida, con mucha reflexión tras la goleada (4-0) que en la anterior jornada recibió en Granada y evidente propósito de enmienda, dispuesto a pasar a la historia como el primero en vencer al Athletic en su flamante Catedral y, de paso, salir del agobiante descenso. Así que el lunes, ese día gris y largo, está cargado de expectativas. ¿Y qué Athletic saldrá? ¿el que fue capaz de despachar de un plumazo al Almería, o el que hace sufrir para luego gozar? Gracias a la contumacia de jugar en lunes (y ya van siete veces), la afición puede planificar con la familia el fin de semana sin estar pendiente de San Mamés. El Athletic se ha convertido además en el equipo más democrático, pues se puede ver por todos los rincones gratis y en casita, tan ricamente, al calor del brasero. Desgraciadamente el chollo no durará mucho. Porque los que juegan en Europa, se libran.