Les vêpres siciliennes, que estrena este fin de semana la ABAO dentro de su programa Tutto Verdi, puede ser considerada la ópera más francesa de la producción de este compositor italiano. Justo en la mitad del siglo XIX, cuando se encontraba en la cúspide de su fama, fue contratado por la Opera de París con ocasión de celebrarse en la capital francesa la exposición universal. Le pusieron como condición que su obra se ajustara al canon de la gran ópera francesa, con vistosas escenas de masas, brillantes actos festivos, gran espectáculo y la inclusión obligatoria de un ballet. A cambio, él eligió, como tema, la conquista de Sicilia por parte de las tropas francesas, donde los galos no quedaban muy bien parados. El resultado es una ópera de corte épico y patriótico con un potente aliento romántico. Quizá el aria más destacada sea la dedicada a Palermo como patria añorada. Teóricamente los hechos narrados tuvieron lugar en el lejano año de 1282. Pero el montaje que se presenta los acerca tanto, que hay hasta coches en escena. La acción se traslada hasta la actual mafia siciliana y sus atentados.
Teatralmente tiene un gran atractivo la representación de Calígula de Albert Camus, que trae, al Teatro Barakaldo, el director y productor Joaquín Vida con un elenco amplio y de prestigio. El escritor existencialista francés aprovecha la desmesurada personalidad de este emperador romano para poner en cuestión los sistemas políticos que, con apariencia democrática, llevan a los excesos del poder absoluto. Sería un error buscar la explicación a esos excesos sólo en la enloquecida cabeza del emperador que reclama lo imposible y pide la luna. Es una reflexión muy aplicable a la realidad inmediata que estamos viviendo.
Más pequeños que el Guggenheim va a estar en Santurtzi y Basauri. La acción -conmovedora, hilarante y esperanzadora- está situada entre México y España. Cuenta la historia de cuatro amigos en paro que buscan en el teatro la salida a esa situación.
En Gernika, se presenta Publikoari gorroto, una comedia aparentemente divertida e inocua, escrita por Xabier Mendiguren, que profundiza en las miserias del ser humano. De modo unánime, el Ballet de la Ópera de Leipzig, que viene esta semana al Teatro Arriaga, es considerado como uno de los grandes conjuntos de Alemania. Ahora está dirigido artísticamente por Mario Schröder, un primer bailarín de su cantera. Su The Great Mass se apoya en la música de La gran misa y otras composiciones sacras de Mozart, cantos gregorianos y otras composiciones contemporáneas.
Los más pequeños están de enhorabuena. Pirritx eta Porrotx les esperan en el Teatro Campos Elíseos con su espectáculo Sentitu, Pentsatu, ekin. También pueden elegir allí los títeres de Amor de cuentos, un espectáculo lleno de fantasía a través de cuentos y poemas.
La compañía Gorakada, que celebra su cuarto de siglo de existencia, llega a Durango con su obra Munduari biraka. Tiene asimismo especial interés el nuevo espectáculo infantil de la compañía Kukubiltxo: Leihotik mundura Pupu eta Lore. Es un trabajo poético, dulce y lleno de imaginación. El autor Pako Aristi y el director José Cámara crean un mundo fantástico para dos payasitos que desean descubrir el mundo.