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Las claves de 'El hijo del acordeonista'

EL estreno de El hijo del acordeonista, este fin de semana en el Teatro Arriaga, tiene varios significados especiales. La adaptación de esta novela de Bernardo Atxaga forma parte de un ambicioso proyecto en el que participan los teatros municipales de las tres capitales de la comunidad autónoma. Va a ser acogida en escenarios importantes del todo el Estado, incluido el Centro Dramático Nacional. En el proyecto, se han implicado profesionales punteros en las artes escénicas de Euskadi. Se tiene, además, la sensación de que con él se está empezando una manera de trabajar que puede llevar a cotas importantes de calidad técnica y artística. A todo eso, hay que añadir el contenido intrínseco de la obra, con una dimensión sociológica importante y con claves sobre la historia reciente de este país. El director Fernando Bernués ha dicho que habla del "ADN de lo que somos social y políticamente las últimas generaciones vascas, con las perspectivas de los dos protagonistas necesarios, porque, sin una de las dos versiones, el relato no estaría completo".

El Teatro Serantes de Santurtzi, comienza su temporada con el Festival Internacional de Teatro número 33. Lo hace con fuerza para superar los tiempos que corren. En este fin de semana, presenta dos espectáculos. Para lo que hay que vivir, mejor no morirse nunca es una comedia actual con trasfondo. Es la historia de una pareja aparentemente normal. Pero la realidad está debajo de la apariencia. Yo soy don Quijote de la Mancha toma como base, lógicamente, el texto de Cervantes. Se convierte en un canto ala la libertad, el amor, la justicia y otras virtudes. Tres actores, encabezados por José Sacristán, encarnan a Don Quijote, Sancho Panza y la hija de éste, Sanchica.

En Barakaldo, rinden Un homenaje a Valle Inclán: Martes de carnaval. Se fija con insistencia en los militares de farsa, charanga y pandereta retratados por don Ramón. Resulta un baile de máscaras con un humor corrosivo, coordinado por Etelvino Vázquez.

En el campo de la danza, hay que destacar la presentación, en la Fundición de Bilbao, de Otros rostros, otros rastros. Es una propuesta coreográfica sobre la metáfora del camino y las maneras de afrontarlo. Los cuerpos viajan distorsionando el espacio, con una tensión muscular extrema. Se concreta en la lucha entre opuestos, entre la vida y la muerte.

En el Pabellón 6 de Bilbao, se presenta El mar dulce. Es el resultado de una investigación de dos años sobre la dramaturgia del movimiento. Han trabajado sobre textos de Sanchís Sinisterra. El objetivo es crear identidades neutras con cuerpos en actitud de escucha total capaces de rescatar personajes del pasado.

En el Teatro Campos Elíseos, recrean el sainete de Carlos Arniches La venganza de la Petra. Presenta la estrategia de una esposa humillada para crear celos en su marido mujeriego.

En Getxo, continúan celebrando sus jornadas de teatro número 30. Este fin de semana se pueden ver The wolves, del grupo Deabru Beltzak, Carneros de Organik y Así y restar de Krego y Martín. Los más jóvenes tienen posibilidad de ver Alabatxo, una pequeña joya de teatro gestual de la compañía Marie de Jongh, en el Teatro Social de Basauri.