conocida, compartida y festejada como se merece la noticia de la semana, constato que no hay otros motivos para la ilusión y la esperanza. La realidad socio-económica es tan cruel que sólo confirma el clima de indignación. Me explico y tomo como ejemplos cuatro noticias que evidencian la falta de regulación en el sistema financiero europeo, la ambición desmesurada de algunos empresarios españoles y la estúpida manipulación informativa que se realiza desde las instituciones públicas vascas. Tenemos, por tanto, argumentos indignantes en Europa, España y Euskadi.
Vayamos por partes.
El miércoles la Comisión Europea anunciaba que abría una inspección sobre algunas entidades bancarias ante las sospechas de un cartel ligado a los derivados sobre el Euribor. Es decir, se teme que algunas entidades han podido manipular la subasta diaria que establece el valor del Euribor e infringir las leyes europeas de competencia. Una posibilidad que indigna a quienes tienen un crédito hipotecario sujeto a este tipo de interés interbancario. La banca parece actuar con total impunidad ante la falta de regulación por parte del BCE y de las autoridades europeas.
El segundo escenario muestra la actitud de algunos empresarios para hacerse con el control de otras compañías al precio que sea. Es el caso de Luis del Rivero quien, como presidente de Sacyr Vallehermoso, traicionó la confianza del primer accionista de Repsol, La Caixa, y esta semana ha probado su propia medicina al ser traicionado por su compañero de fatigas en los últimos 25 años, Manuel Manrique, quien le negó el voto en la reunión del Consejo de Administración donde intentaba poner en manos de la compañía mexicana Pemex el control de la petrolera española, pero ha terminado cesado como presidente y consejero ejecutivo de la constructora. Recordemos que el citado presidente cesado ya protagonizó en 2004-05 el asalto al BBVA que también resultó fallido.
Todo ello en medio de un creciente endeudamiento. Sólo para comprar el 20 por ciento de Repsol se embarcó en un crédito de 4.900 millones de euros y su deuda total es de tal magnitud que los analistas de Cheuvreux Crédit Agricole (Calyon) consideran que tardará en pagarla entre 35 y 70 años. Semejante estrategia no es nueva, otro constructor, Florentino Pérez, presidente de ACS, que se ha endeudado hasta las cejas para acceder al consejo de administración de Iberdrola, pero la estructura de financiación de la constructora solo tiene como recurso las propias acciones de la eléctrica, que ahora cotizan un 30% por debajo del precio al que compró, lo que implica unas minusvalías latentes millonarias. Por otra parte, el 50 por ciento de la deuda de ACS (algo más de 7.000 millones de euros) vence el próximo año. Todo un dilema.
La tercera noticia nos habla del paro en Euskadi. Esta semana hemos conocido los datos de actividad laboral según la Encuesta de la Población en Relación con la Actividad (PRA) publicada por el Eustat. Algún medio de comunicación colgaba el pasado jueves en su página de Internet un titular que rezaba Euskadi registra 3.500 parados menos en el tercer trimestre. Una información tan cierta como incompleta, lo que implica una media verdad con evidente objetivo manipulador.
En efecto, ha descendido el número de parados, pero también lo ha hecho el de puestos de trabajo en 4.600 empleos. Puede parecer un contrasentido, pero si descienden ambos epígrafes (parados y empleados) es porque la población activa, entendida como el número de personas con tienen o buscan trabajo, ha descendido en 8.100 individuos. La manipulación mediática es clara. Baja el paro, pero la situación no es mejor que hace tres meses porque el factor más esencial de las unidades productivas (puestos de trabajo) ha descendido, lo que significa un obstáculo más para la generación de riqueza y, como consecuencia, para la creación neta de nuevos puestos de trabajo.
Flaco favor hacen a la economía vasca quienes se mueven en esos parámetros de manipulación, similar a la que encontramos con la decisión de la UE respecto a la prioridad y financiación de las infraestructuras ferroviarias europeas, entre las que se encuentra la llamada Y vasca. En este aspecto, el consejero vasco de Transportes. Iñaki Arriola, manifestaba el pasado miércoles que "es una oportunidad para Euskadi. Vamos a lograr una mayor competitividad y conectividad para nuestras empresas y mejores expectativas de empleo y desarrollo. En definitiva, vamos a construir un país moderno, con más bienestar".
Pues bien, hay que recordar al señor Arriola que en 1988 el tramo ferroviario Dax-Vitoria ya estaba dentro de las prioridades europeas. Hay que recordarle que desde la Cámara de Comercio de Bilbao se impulsó una campaña para acometer la Y vasca. Hay que recordarle que este proyecto se presentó en Lisboa en diciembre de 1988, dentro de un proyecto más amplio que partiendo de la capital portuguesa, pasaba por Oporto, Valladolid y Vitoria para terminar en Dax. Hay que recordarle que el transporte de mercancías era el factor determinante y por eso pasaba por Oporto y se contemplaba la llegada al Puerto de Bilbao. Hay que recordarle que el Gobierno español siempre adoptó una actitud dilatoria ante el proyecto vasco.
Ahora, el señor Arriola saca pecho, pero, por si lo ha olvidado, aquel gobierno, experto en buenas palabras y pocas acciones, era un gobierno socialista.