“Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen…”. El Tribunal Supremo considera que García Ortiz es culpable de un delito de revelación de datos reservados por una filtración que, posiblemente, a lo mejor, tal vez, haya partido del fiscal o de “alguien de su entorno...”. Tanto adverbio dubitativo, produce tensión involuntaria de nuca. Casi da la impresión de que se coge lo que interesa y lo que no, se elude. Casi seguimos sin saber de dónde han sacado las pruebas condenatorias los cinco magistrados que han aprobado la sentencia cuando parecía existir una enorme contraprueba, avalada por periodistas especializados. Casi será complicado explicarlo en el Constitucional. ¡He dicho casi, eh! El exfiscal general del Estado le debe su actual escenario a la difusión de un chisme, uno más, de Miguel Ángel pelo blanco Rodríguez. Y mientras tanto, surge una estrecha relación entre los magistrados que condenan y el ICAM. Y mientras tanto, la presidenta Díaz Ayuso y el expresidente Mazón, niegan asumir 7.291 y 230 muertes por negligencia en sus funciones (Carlos Mur y Pablo Busca, exaltos cargos de Ayuso, en busca y captura por los “protocolos de la vergüenza”). Andalucía: más de 2.000 mujeres sin atender de cáncer de mama por “fallo administrativo”. El orensano impaciente ya no sabe si rascarse el reloj o darse cuerda al pandero. Dime con quién andas y te diré si voy contigo…