Viajen sus Señorías

En mi condición de jubilado, he tenido el privilegio de poder marcharme del pueblo hacia el sur y disfrutar de unos días de conexión con la gente de a pie de otros sitios. ¡Qué buenas y sabias personas en su grandísima mayoría he tenido la suerte de encontrar! Están hartos de nuestros políticos, rojos, azules, morados o verdes, enzarzados en disputas pueriles y estercoleras.

Pasan de todos ellos, porque son incapaces de solucionar sus problemas del día a día. Pasan de la “presidenta”, del fiscal general, de la madrileña, del orensano, del putero: están hartos de todos ellos.

La cesta de la compra cada vez más cara, los salarios cada vez más desfasados de la realidad, el coste de la vivienda y alquiler, la renta básica, la inmigración, el paro de sus hijos, el precario salario de los que encuentran trabajo, los cribados sin nombre o incluso el genocidio en Gaza consideran que son, entre algunos más, sus problemas reales.

¿Por qué no viajan sus Señorías por los pueblos de España un poquito más, por libre y sin escoltas, para escuchar a la gente que aún les elegimos?

Me temo que no lo harán.