Malditos sean
Se habla y se escribe mucho sobre el drama, el genocidio de Gaza, de la falta de ayudas y voluntades para poner fin a ello, especialmente por parte de los gobernantes incapaces de otros países, que desde sus “tronos” intervengan con medidas efectivas en el conflicto, solo brindan palabras huecas de contenido que solo pretenden lavar su conciencia, e incluso la ONU que no sabemos para que está, pese al dineral que cuesta su mantenimiento.
También parece que olvidamos que Palestina, su gobierno, mantiene una organización terrorista como es Hamás, que provocó esta contienda con su pretendido genocidio y secuestro de rehenes del pueblo de Israel, y que sigue ahí, siempre estuvo, aunque no parece importar a nadie, al estar al margen de cualquier condena o acto eficaz que la incapacite y disuelva, facilitaría mucho las cosas. Todo ello sin olvidar a Ucrania que sigue bajo las botas rusas y la incapacidad de los dirigentes antes citados, tratándose todo de una política de fachada, de bien quedar.
Desde mi atalaya veo un mundo, resquebrajado, envuelto en nieblas, en llamas y con mucha destrucción y muertes innecesarias por guerras que no cesan causadas por gobernantes ineptos, populistas e incapaces de dialogar, de llegar a acuerdos beneficiosos para todos pese a las múltiples reuniones que a nada llevan. Solo les ciega su ego del poder y el odio hacia el contrario, que han venido cultivando entre sus poblaciones buscando el enfrentamiento, mientras ellos quedan a resguardo para recoger sus presuntos logros y con ello imponer sus dictaduras.
Malditos sean.
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