A pesar de las protestas, un año más Israel ha participado en Eurovisión. Más desconcertante ha sido el segundo puesto obtenido. Esto no solo evidencia la cobardía y el servilismo de sus organizadores, sino la falta de cultura, humanidad y decencia moral de quienes los votaron. Conviene recordar a Hatari, una banda tecno punk islandesa. En 2019 representó a su país en Eurovisión, celebrada en Tel Aviv. Sus componentes sacaron banderas palestinas durante las votaciones. La acción les generó críticas y amenazas, pero no se doblegaron. Hay un documental en la plataforma Filmin que narra el acontecimiento: A song called hate. Impresionante la madurez y la valentía de estos veinteañeros.