El Tío Sam qué era la personificación nacional de los Estados Unidos de América y específicamente de su gobierno, se ha convertido en un cuñado, El Cuñao Sam, en un embrutecido y abusador bocachancla Tolosabe, aunque “no tenga ni idea de nada” y desoiga a los expertos.

Este cambio es muy evidente qué lo ha hecho posible el impresentable de Trump, con sus pataletas, su infantilismo y su demagogia, dirigidas a un electorado militante muy concreto, qué resulta ser mentalmente el más limitado y por tanto más proclive a ser engañado, pero suficiente para darle un escaso (solo por 1,5% de votos más) pero suficiente poder, qué está haciendo caprichosamente tambalear al mundo.

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