Estoy deseando que salten a la palestra todos esos futbolistas que el señor Rubiales se ha comido a besos. Seguro que ellos también, para dejar claro de una vez por todas que su superior es una persona íntegra, cariñosa y que respeta y quiere a todos por igual, independientemente de su género... Los años que se ha tirado siendo el máximo representante del poder dentro del fútbol español le han debido de hacer creer que tenía derecho de pernada para con todas sus súbditas. Pero voy a ser compasiva: una fuerte multa, inhabilitación y disculpas públicas. Suficiente. Y eso sí, que le trinquen por los otros temas que también chirrían en su historial profesional.
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