El mal llamado feminismo radical empieza a perder adeptos porque ha sido utilizado como herramienta de ascenso de poder para unos pocos y no soluciona el principal problema que tenemos: la violencia de machos testosterónicos y empoderados que consideran a la mujer un objeto.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
src="https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/statics/js/indexacion_Trebe.js">