Es importante reflexionar sobre la responsabilidad de los medios al elegir qué historias merecen atención sostenida, especialmente aquellas que afectan a la vida diaria de los ciudadanos. No podemos permitir que la velocidad informativa nos haga olvidar rápidamente los problemas que, aunque no sean tan mediáticos, tienen un impacto real y duradero en nuestra sociedad.