Esto de la miel es una ciencia, no infusa, como es natural, sino de la naturaleza viva. Juegan un montón de elementos, que hay que saber combinar bien. El terreno, el clima y las flores. Hay que tener el privilegio de ser abeja para alimentarse de flores; aunque ahora los humanos de restaurante y tarjeta de crédito quieren emularla, pero es inútil: “Donde no hay mata, no hay patata”. El pobre ser humano es más de carne y sangre torera. Lo de las flores es muy antiguo porque de pequeños, los que somos de pueblo, ya lo comíamos. El resto de elementos, tiempo, paciencia y algo de humo, traje blanco y guantes; y arreando, que es gerundio. Vamos a probar si funciona el invento. Que vaya bueno, que dicen en mi pueblo para despedirse.