El continente africano está siendo actualidad debido a un rosario de golpes de estado que allí han tenido lugar y que no serán los últimos: Gabón, Níger, Mali, Chad, Sudán y Burkina Faso. Nuestra ignorancia acerca de África es supina; si nos preguntaran cuál es la capital de alguno de dichos países o que los ubicáramos en un mapa en blanco el fracaso sería morrocotudo. Es por ello que me ha venido a la mente el título de una canción de rock vasco: Iñaki, ze urrun dago Camerún (Iñaki, cuán lejos está Camerún). África está muy cerca aunque la vemos tan lejana; la inmensa mayoría de los países africanos son estados fallidos cada cual más pobre, corrupto y peligroso; dominados ancestralmente por clanes familiares (en Gabón, los Bongo, papá y su hijo, han gobernado 57 de los 63 años de independencia que lleva el país, con la complicidad del Elíseo) y tribales. Muchos de ellos atesoran en su subsuelo los minerales más preciados además de metales raros, petróleo y gas. Occidente, Francia (la Françafrique) en concreto, está de retirada forzosa plegando velas, mientras que chinos y rusos van tejiendo su red como una paciente araña colonizando el continente ora mediante las inversiones, ora apoyando tras las bambalinas los actos manu militari. Las mujeres de algunos de sus países tienen una media de seis hijos; una bomba demográfica cuyo estallido llegará, ha llegado en parte, a la vieja y envejecida Europa, no a China ni a Rusia. Deberíamos saber más de África y no solo, por ejemplo, jugadores de fútbol de origen africano y que en euskera gabon significa buenas noches. Ahí lo dejo.