Me inquieta hasta qué punto está podrida una sociedad catalana en la que quien declaró la república y a los pocos segundos la dejó en suspenso para salir escondido en un maletero, tiene mejor imagen que Junqueras, por ejemplo, un hombre que ha defendido sus tesis aquí, ha estado en la cárcel y, mejor o peor, su partido ha gestionado Catalunya durante este tiempo, mientras los de Puigdemont solo metían palos en las ruedas.
