Dicen analistas consagradosque un político no debe dejartraslucir sus emociones enpúblico. Bien es verdad queotros defienden lo contrario. Amí, el que a María Chivite se lequebrara la voz en uno o dosmomentos de su discurso deayer lunes, me hace ver, y nopor primera vez, que hay cosasque la emocionan y quizás seaese el motivo por el que seapartó, o miembros más durosde su grupo le recomendaronapartarse, de las negociacionespara el acuerdo programáticoprevio a la formación delgobierno progresista paraNafarroa. Podría ser. A Alzórrizo Cerdán no se les quebrarála voz nunca. Hablaba ellade dialogar, acordar, escuchar,atender y entender. Yo la creocapaz de todo ello. Pero dudode que se lo permitan. Seguroque aceptas, María, que cambieel orden de dos de tus frasesen euskera y las una: Gobernuhau adiskide eta lankideaizanen da, gure nortasunareneta esentziaren defendatzailea.Horregatik, errespeturik handienadiogu euskarari, legearentestuinguruan, errealitatesoziolinguistikoaren logikatikabiatuta. Y que la ley que citaspara contextualizar sea la propiaConstitución, en su artículo3-3: “La riqueza de las distintasmodalidades lingüísticas deEspaña es un patrimonio culturalque será objeto de especialrespeto y protección”. Utilizandoel último párrafo de tudiscurso y valorando el esfuerzoque hiciste para que eleuskera apareciera en variostramos del mismo, te diría quepusieras la vela de nuestra lenguaen la proa de tus objetivos.Comprobarás que el aire soplacon fuerza, te dirijas a donde tedirijas.