Cuando allá por los principios siglo XV, el entonces joven artista Miguel Buonarroti (Michelangelo) recibió el encargo de crear una de sus más celebres obras la escultura de su famoso David) nunca llegaría a imaginarse, ni por lo más remoto que una obra cumbre del renacimiento y de la humanidad llegaría ha se objeto de controversia y ser señalada de pornográfica en este siglo XXI nuestro. Esto sucedió hace unos meses en el sureño y soleado estado norteamericano de Florida, donde una profesora de un instituto fue obligada a dimitir por haber enseñado a sus alumnos una fotografía de la famosa escultura. Todo esto no es más que una pequeña muestra del conservadurismo o puritanismo, llámenlo como quieran, que se desarrolla ahora mismo, en el citado estado, donde así mismo se aprueban leyes tan restrictivas como prohibir libros sobre educación sexual, postulados contra la desigualdad, la diversidad en las escuelas y, cómo no, contra los colectivos LGTBI. En definitiva, una vuelta de tuerca al pasado, que pretende rescribir u ocultar parte de su historia. Si les cuento y expongo todo esto es porque, las propuestas e ideas del señor este, apellidado DeSantis, tiene una legión de admiradores por el mundo, algunos igual muy cercanos o cercanas, que sin muchos o ningún disimulo, quisieran más pronto que tarde, copiar y poner en práctica y que si refrescamos las memoria, tuvo su primer intento en cierta comunidad autónoma. Si ahora mismo, nuestro artista pudiera ve que su obra cumbre ha sido así de denostada, lloraría de pena.