Desde que existe la grada de animación se oyen los cánticos por todo el campo, tanto que a los aficionados visitantes les acobarda animar; tanto que gracias a ello ganamos todos los partidos. Desde que los jugadores disponen de Lezama VIP con entrenamientos a puerta cerrada, SPA, sala de videojuegos, psicólogos, laboratorio nutricional... nuestros jugadores están tan tranquilos y relajados que en todos los partidos salen a comerse el mundo. Tanto que el equipo contrario está acojonado. Desde que Valverde cierra Lezama a cal y canto estamos alcanzando todos los objetivos. Perdón, el único objetivo. Nuestras jugadas son tan secretas que ni nuestros jugadores las conocen o es que la táctica de nuestro entrenador es tan innovadora que enseña a nuestros defensas a atacar y meter goles, a nuestros delanteros a repelerlos y a que la mejor forma de marcar es estar todos en nuestra área, los once, así se logra contraatacar y pillar al contrario despistado. Y la junta directiva le ha renovado a Valverde, aun no habiendo alcanzado el único objetivo. Muy bien. Y quién osó decir que no teníamos gol, que no éramos un equipo goleador. En el último partido contra el Girona metimos el 80% de los goles. La mitad en propia puerta, pero eso es una menudencia.