Gracias al gran volumen de armamento y equipos que envían la OTAN y la UE a Ucrania, los militares impiden autodeterminarse al Donbás con mayoría prorrusa. El presidente Zelenski es un actor profesional con estilo entre cómico y trágico, que desarrolla una estrategia militar que ni la OTAN ni la UE entienden, pues consiste en enviar armamento obsoleto y sustituirlo por nuevo, pues ambas instituciones benéficas han acordado elevar el gasto militar al 2% del PIB. Es matar dos pájaros de un tiro en la jerga militar. En España la ciudadanía distendida ve por la tele la vorágine de la destrucción de Ucrania de los valerosos militares rusos cuya profesión es matar y destruir, pues lo consideran una ciencia. Son generales de estado mayor encerrados en sus búnkeres entre vodka y maldiciones para diseñar sus geniales estrategias que no se cumplen. Son simples matarifes que leen Den Kriege y a Sun Tzu por esnobismo y amenazan con golpes de estado a los civiles que piensan. Lógico: es lo que saben.