Las últimas declaraciones de Novak Djokovic me hacen dudar acerca de lo inapropiado de su postura. El ser deportista de éxito mundial, con conversación pausada, comparado con Jesucristo en su país natal y defensor de su libertad individual, incitan a pensar que quizás tenga razón. ¿Quién puede obligarle a introducir sustancias en su cuerpo que él no desea? Y además, ¿está probado que el estar vacunado reduce la posibilidad de contagiar el virus? Solo creemos lo que queremos creer, y siempre encontraremos lo que queremos creer en internet. Pero no lo digo yo, sino el Instituto Pasteur y la Agencia de Salud Pública del Reino Unido. Y sus respectivos estudios; Epidemiología del SARS-CoV-2 en una población vacunada e implicaciones para el control de un rebrote e Impacto de la vacunación en la transmisión domiciliaria del SARS-COV-2 en Inglaterra. Estos estudios indican que los no vacunados tienen un riesgo doce veces mayor de transmitir el covid-19 que las personas vacunadas. Podemos seguir defendiendo la libertad individual, por encima de todo, pero esta libertad individual debe acabar cuando afecta la integridad del resto de la población. Y esto es simple y llanamente lo que sucede en este caso.