¿Y para qué, estando mal aquí? O se podría decir; y esto, a pesar de como estamos y lo que somos. Monos sin apenas evolucionar, en sus tribus, luchando entre sí, gastando su tiempo y energía en banalidades y pensando solo en ellos mismos. A pesar de eso, la auténtica ciencia, sin objetivos prácticos a corto plazo, que luego son innumerables, pero con la esencia misma de lo que somos (curiosos y sociales), sigue en la búsqueda de lo que estando infinitamente lejos no es más que lo que todos llevamos dentro. La ciencia grande, al igual que el arte auténtico, profundo y transformador, nos cambia, para hurgar en nuestra alma y hacernos ver que aunque por fuera apenas tenemos valor, nuestro interior es casi infinito como el propio universo.