El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, en medio de una intensa polémica social, echa para atrás la petición del Gobierno vasco de querer implantar el pasaporte covid. Tal vez, los políticos desean meter a la Justicia en la vía política de pronunciamiento. Cuando nuestros servidores públicos, conocedores de la legislación, solo tendrían que cumplir con la legalidad. No creo que el pasaporte covid esté justificado a estas alturas de la pandemia como una medida ponderada para evitar los contagios. Durante los casi dos años que venimos padeciendo esta complicada situación dependiendo de los datos epidemiológicos, en ciertos momentos muy graves, se han venido implantando mayor o menor número de restricciones en grados diferentes. Ahora que la mayoría de la población estamos vacunados, ¿por qué exigir un documento acreditativo de tener la pauta completa de vacunación? A lo largo de la pandemia, si se hace un repaso a la hemeroteca, se pueden observar un gran número de informaciones contradictorias emitidas por virólogos, epidemiólogos, expertos en definitiva. Sin una analítica de sangre previa, ¿quién puede asegurar que aun estando vacunada una persona que presenta su pasaporte covid dispone de anticuerpos del virus en su organismo? Desde luego el aval covid no lo asegura. Y una persona que no disponga de esta acreditación por no estar vacunada, ¿quién asegura que carece de anticuerpos de la enfermedad? Inoculación de la vacuna no tiene que ir unida a inmunización. Y sobre todo cuando hay colectivos de la población a los que se les ha vacunado a principios de año. Tenemos que seguir cuidándonos todos. A lo mejor el aval covid iba a conseguir que los vacunados nos relajásemos en exceso.