Gracias a las redes y a la globalización, todos los habitantes del planeta Tierra saben cómo se vive aquí y allá. Nosotros hemos vendido una imagen idílica de nuestra sociedad y somos víctimas de nuestra hoguera de las vanidades. Si no hemos sido capaces de eliminar la pobreza de nuestra sociedad, ¿cómo vamos a poder hacernos cargo de la pobreza ajena? Somos muy soberbios... Y tristemente, deduzco que el que hoy no es racista lo será mañana. Pasado, a lo sumo.