Como en una mañana cualquiera te levantas pronto para aprovechar el día. Suena el teléfono móvil. Mi abuelo había fallecido. Eran las 9 de la mañana y el mundo se me caía encima. Nadie sabía lo que el destino nos tenía deparado sin la presencia de nuestro referente, el abuelo Jesús. Una familia que tiempo atrás sufrió un gran revés con la pérdida de la cabeza de familia, la abuela Eudosia. Siete hermanos que no sabrían permanecer unidos ante tal jarro de agua fría. Comenzarían las disputas por la herencia, reclamaciones sin tener en cuenta la valía sentimental que ello tenía, sin valorar el esfuerzo que hicieron tus padres por ti. Una familia rota, pero en guerra. Y quizá, con el tiempo sepan valorar todo lo que quieren dejar escapar, pero tal vez ya sea tarde.