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Discriminacion brutal

El 28 de noviembre de 2019, mi gran amor, mi compañero de vida falleció, parte de mi corazón se paró y así sigue, afortunadamente la otra parte late con fuerza, por mí y por nuestros hijos. Yo trabajo como secretaria; Félix era trabajador Autónomo, sus ingresos eran irregulares. 25 años juntos, dos hijos de 16 años, registrados en Gobierno vasco como pareja de hecho, ambos cotizando a la Seguridad Social durante muchos años, pero sorprendentemente, hay una letra pequeña: existe una norma que dice que como un año antes del fallecimiento, mis ingresos fueron superiores a los de Félix, no tengo derecho a recibir una pensión de viudedad. Y esto ocurre porque no estábamos casados, pensábamos que el ser pareja de hecho era suficiente, creíamos que los derechos eran los mismos, pero no lo son, ahora lo tengo claro. Es una norma absolutamente discriminatoria y dolorosa, sé que no soy ni la primera ni la última persona afectada y pienso pelear, puede que no sirva para nada, pero yo ya no tengo nada que perder. Yo me quedaré sin la pensión que creo que me corresponde, pero lo que no me van a quitar es mi voz y pienso decir bien alto que esto es una gran injusticia, una discriminación brutal y llegaré hasta dónde pueda o me dejen. Como me dijo una amiga lo fácil ahora es sobrevivir, lo difícil es vivir y vivir incluye pelear y ahora tengo ganas de pelear por lo que creo que es justo. Y afortunadamente, no estoy sola, al contrario: tengo el impagable apoyo de una gran familia, los mejores amigos dándome fuerza y animo día a día, unos compañeros de pelea que están ahí para levantarme cuando me caigo y por ellos y con ellos pienso intentar que esta carta llegue a muchos lectores.NOTA DE REDACCIÓN. Las cartas no deben superar los 500 caracteres y deben estar identificadas con nombre y apellidos de su autor, así como la dirección, teléfono y el DNI. DEIA se reserva el derecho a la edición de las mismas.