Recientemente un conocido, muy trabajador y de gran valía, me confió que no podría ser líder de una empresa: “Soy un buen organizador, pero necesito alguien a quien seguir”, afirmó con sinceridad. Igual de importantes que los líderes, son los gregarios que los acompañan, sin los cuales el triunfo no sería posible. Sin embargo, rara vez se les da el reconocimiento que merecen. Michael Jordan no hubiera sido seis veces campeón de la NBA sin Pippen, Rodman, Kuko?, Steve Kerr y Ron Harper. Recuerden cuando jugó en Washington Wizards. Messi tampoco hubiese sido tantas veces campeón, sin Rakiti?, Busquets, Piqué, Jordi Alba y Carles Puyol. Miren su palmarés en la selección argentina. Hay muchas estrellas que no han llegado a triunfar porque no han sabido rodearse de secundarios principales, ni valorarles positivamente para que jugasen mejor.