¿Recuerdan ustedes el cuento de aquel rey cuyos súbditos halagaban, hasta que un niño dijo la evidente verdad, que el rey estaba desnudo?Pues eso mismo se puede aplicar al emérito. Le pueden dar todas las vueltas que quieran, incluso reivindicar aberraciones, como la inmunidad absoluta y permanente para él. La realidad es la que es. Está desnudo. Desnudo de vergüenza y de la mas mínima ética . Y por mucho perfume que le echen, huele a podrido. Por cierto, que dejen de repetirnos lo de la igualdad ante la ley. Estamos mas que hartos de que nos traten como a súbditos idiotas, que ciegos, no estamos.