Sí, ya pasó la Navidad y los buenos deseos y los actos caducaron. Sí, la monotonía nos aplasta. Sí, pero... No me negará que cuando entra en el mundo de Osakidetza quiere una solución y una empatía, una efectividad y una comunicación. Porque somos lo más frágil que hay en este lugar llamado mundo, pese a quien se crea poderoso y manipulador, especialmente con la buena gente. Hace tiempo que el humanismo vuelve a irrumpir con fuerza en el mundo sanitario. Equilibrar protocolo y cercanía en ocasiones es complicado pero motivador. Por ello un grupo de pacientes, profesionales de Mallorca, Alicante y de la OSI Bilbao-Basurto nos hemos encontrado en proyecto H, la realidad poliédrica de una misma situación y siempre apostando por el humanismo. Le invitamos a cambiar la mirada al compañero, al paciente... y de mantenerla cuando la jornada se acaba. ¿Se animan?