Sus 52 diputados dan a Vox presencia en la Mesa del Congreso y posibilidad de presentar recursos ante el Tribunal Constitucional. Podrá recurrir cualquier ley que no haya cumplido tres meses desde su publicación en el BOE y Vox quiere encontrar en el Constitucional otro punto de apoyo sobre el que cimentar su crecimiento. Al igual que en otros muchos debates, Vox pretende influir sobre el Partido Popular a la hora de convertir al Constitucional en una segunda cámara que revise cada una de las leyes que el próximo gobierno pueda ir llevando al Parlamento. En caso de conseguirlo, el próximo ejecutivo tendrá que someter su acción legislativa a la discusión contante vía recurso de inconstitucionalidad. Y estar en la Mesa del Congreso no es baladí, pues supone tener acceso a información de primera mano y un peso específico en decisiones internas del Parlamento.