En una época en la que prima lo económico sobre lo humano, lo moderno sobre lo tradicional y lo foráneo sobre lo propio, resulta el Athletic un club molesto. Su mera presencia demuestra al resto que sus planteamientos son erróneos. Por ello se le ignora, hablando antes del testamento de Ronaldo o la dieta de Dembele que de la capacidad de regeneración de un club, que después de perder jugadores como Llorente y Javi Martínez (ambos campeones del mundo), Amorebieta, Herrera, Laporte, Arrizabalaga y Remiro, es capaz de generar otros como Yeray, Núñez, Simón, Córdoba y Williams que los sustituyen y ya son objetivo de otros clubes. Es increíble que un club pueda hacer esto, una y otra vez, y nadie hable de ello. Parece que todo se puede comprar y vender, pero nunca un jugador/trabajador rendirá al 100% para un club/empresa por dinero, nunca realizará ese esfuerzo extra por unos euros más. Solo lo hará si se siente partícipe de un proyecto único. No se puede sacar lo mejor de las personas con dinero, no es suficiente, hace falta algo más. Y ese algo más lo tiene el Athletic y no se compra.