Estimada consejera de Salud: El pasado día 27 de agosto falleció nuestra madre, Teresa Goitia, en su domicilio de Durango. En el mes de marzo, en el hospital de Galdakao, le habían detectado unas células malignas y, con posterioridad, a primeros del mes de julio le diagnosticaron una segunda metástasis. En esa situación irremediable, le llevamos a casa con una asistencia de 24 horas, además de la compañía de sus hijas e hijos (somos once) y la visita diaria del servicio de Hospidom. El motivo de esta carta no es otro que el de comunicarle que el servicio recibido en el hospital, tanto en marzo como en julio, fue muy bueno, pero el equipo de Hospidom superó con creces todo lo que uno pueda esperar de un servicio, ya sea público o privado. La profesionalidad, la sensibilidad con la enferma y la familia, el cariño, la disponibilidad del equipo que le atendió, dejan en muy alto nivel a la sanidad pública vasca y nos congratula comprobar el destino de nuestros impuestos. Bihotz bihotzez, eskerrik asko.