El divulgador y fundador del movimiento Por una escuela bien nutrida y chef de la escuela Montessori de Valencia, Juan Llorca, nos advierte de que los retos más habituales en esta cuestión son: el exceso de azúcar y de sal y la escasa ingesta de fibra. Si bien la glucosa es el principal combustible que provee de energía al organismo, el exceso de azúcar afecta negativamente al cerebro de los niños, a su rendimiento, a la atención y a la concentración. La OMS recomienda reducir el consumo de azúcar libre. No olvidemos que todos los alimentos que ingerimos acaban reconvertidos en glucosa. La atención es el proceso de orientar la mente a un objeto exclusivo. La concentración es el mantenimiento prolongado de la atención, focalizándola en una sola cosa y desestimando el resto de estímulos. Así de enorme es la importancia de que inculquemos hábitos saludables de alimentación a nuestros hijos desde pequeños. La receta: más verdura, más fibra, menos sal y menos azúcar. La virtud está en el equilibrio.