Próxima ya para celebrar la fecha del 8 de Marzo, no estaría de más recordarnos, mujeres todas, que será el momento de tomar las calles de nuevo, de hacernos oír una vez más reivindicando y luchando por una igualdad plena y absoluta en esta sociedad y mundo en el que vivimos. Atrás quedan en la memoria los ecos que esta jornada festiva y reivindicativa supuso el pasado 2018 y que, sin duda, pasará como histórica para nuestras hijas e hijos y generaciones venideras, como el día en que sus madres, abuelas, y seguro que padres, gritaron en las calles que hasta ahí llegábamos, ya más que hartas de que nuestras voces solo se escuchasen cuando interesaba. Ha pasado ya casi un año entero, y no parece que el panorama haya dado cambios significativos. Yo diría hasta que ha empeorado (en algunos aspectos, para ponerse a temblar). Se suceden en los últimos meses declaraciones e intenciones, de determinados personajes que parecen que quieran que volvamos, que retrocedamos, a siglos pasados. Dado lo peligroso de sus opiniones e ideas, me hace pensar seriamente si su salud mental está bien equilibrada. No nos olvidemos tampoco, de esas mujeres y niñas igualmente valientes del llamado tercer mundo, que si nos ponemos a comparar con el nuestro, seríamos hasta afortunadas. Por ellas, por todas, tomemos la calle de nuevo.