Ni quito ni pongo
Rey pero ayudo a mi señor. Sería la frase completa, que tal vez hemos escuchado alguna vez y atribuida a un caballero francés (mercenario por más señas) en las guerras fratricidas (entre hermanos) que se disputaban un trono, allá por la convulsa Castilla del siglo XIV donde se compraban y vendían voluntades al mejor postor, sin importar igual demasiado quién se alzaría con el poder. Cuenta la historia o la leyenda, que el tal caballero francés ayudó a quien más le convenia? pronunciando entonces la famosa frase. No estamos ya en aquellos oscuros y convulsos tiempos, ahora se supone que estamos en un siglo civilizado y aunque las modernas luchas por el poder ya no se dirimen por la espada? pueden llegar a ser igual de crueles y violentas. Eso es lo que parece que ha ocurrido y sigue ocurriendo, en el que hasta ahora ha sido un partido histórico en el panorama político nacional, con más de cien años de historia a sus espaldas. Hemos asistido estupefactos, a una auténtica lucha de poder entre ¿hermanos? Y quién y quiénes serán en definitiva, ese o esos modernos caballeros que servirán en bandeja de plata el poder ansiado a un tercero que solo ha tenido que esperar sentado a que digan ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor. Seguro que en alguna parte el histórico fundador de ese histórico partido se debe de estar revolviendo ante tanto moderno y mercenario caballero.