Vergüenza en San Mamés

En los más de cuarenta años que llevo asistiendo a San Mamés nunca he sentido tanta vergüenza como en las dos ocasiones que en la pasada temporada nos visitó el Atlético de Madrid. No fueron las derrotas las causantes de mi zozobra, sino la pueril reacción de una parte del público que, enrabietado por perder los partidos, echó mano de sus mejores y nada originales cantos y esloganes sexistas y xenófobos. Sorprende, además, esta bochornosa actitud al proceder de un sector de aficionados que se autodefinen como de izquierda y antifascistas. Gran parte de estos aficionados se encuentra agrupada en una curva del nuevo San Mamés. La postura del Club ante estos hechos es más que permisiva, aún y a pesar del ejemplar comportamiento de estas gentes. Pero si esto podría ser tomado como un agravio comparativo para con el resto de la masa social del Athletic, el reparto de entradas gratuitas con el que son beneficiados es, evidentemente, un agravio. Empezamos una temporada ilusionante que debiera marcar un punto de inflexión en la actitud de la junta directiva: si en la temporada anterior se suprimieron privilegios, pases de favor y entradas gratis, en esta que a punto está de comenzar el Athletic debe tener el mismo proceder. De no ser así, el Club debería hacer público el número de entradas que regala, a quiénes y por qué lo hace.