El agua, garantía de futuro
El agua, un bien preciado, contaminado, derrochado, codiciado, sobreexplotado a escala mundial... Si la comunidad internacional no toma medidas serias y urgentes para conservar este recurso básico, podría enfrentarse a problemas graves, tanto en el plano ecológico como económico e incluso político.
Leo en diferentes medios europeos que, frente a tal apuesta, la Unión Europea apoya asociaciones europeas multidisciplinarias que permiten importantes progresos para proteger los recursos, salvaguardar su calidad, luchar contra el derroche, así como comprender los complejos mecanismos del ciclo natural del agua.
Estas acciones no afectan solamente a los países de la Unión. En un ámbito en el que el savoir-faire europeo goza de un reconocimiento mundial, la Comunidad aporta su ayuda a investigadores cuyo objetivo es responder a los problemas concretos que se producen en sus fronteras, en Europa Central y Oriental y en la cuenca mediterránea, además de otros continentes, en África y Asia.
Los hechos son evidentes, la población mundial se ha triplicado durante el siglo pasado; el consumo de agua blanda se ha septuplicado. Desde 1970, la cantidad de agua disponible por persona ha disminuido en un 40% y dos de cada cinco habitantes del planeta padecen problemas de abastecimiento. Europa no escapa a este fenómeno de escasez. Una tercera parte del continente no alcanza el umbral de los 5.000 metros cúbicos.
Ángel Delgado