Estamos viendo en la prensa diaria que hay personajes que ven factible cómo se pueden solucionar los problemas de la crisis económica. Pero la realidad diaria es bien distinta a las buenas intenciones, puesto que se siguen perdiendo puestos de trabajo constantemente.

Hoy estamos atravesando la crisis que años antes se negaba, diciendo que no era crisis sino desaceleración económica o que la crisis no nos iba a afectar y que pasaría de largo (como según el pasaje bíblico las plagas de Egipto sobre los israelitas). Pero como no se ha hecho nada en este tiempo, ahora es cuando vienen los problemas para paliar los desajustes económicos porque después de haber estado en la inopia y para solucionar el déficit de deuda no tienen mejor idea que la subida de impuestos, recortes salariales o congelaciones salariales como la de los pensionistas.

Dirijo mi pregunta a las personas que ven factible solucionar estos problemas económicos, así como asegurar los puestos de trabajo. ¿Cómo se pueden mantener las empresas y sus puestos de trabajo si no les llegan pedidos de carga de trabajo?

Estamos viendo cómo los empresarios se han visto obligados a cerrar pequeñas y medianas empresas o ERE no deseados por falta de pedidos, provocando así la destrucción de muchos puestos de trabajo. Empresarios que crearon estas empresas con ilusión y muchos esfuerzos y que se han visto obligados a sus cierres echando por la borda sus años de lucha y trabajo en la creación de empleo.

A esto hay que tener presente que hasta hace bien poco se exportaba gran parte de lo que se producía y hoy vemos cómo los países emergentes y receptores de nuestras exportaciones lo producen ellos mismos o en colaboración con empresas de aquí o de otros lugares; incluso las empresas que se están asentando en esos países donde los salarios, y cargas sociales si las hubiere, son muy inferiores a las nuestras y de receptores se han convertido en exportadores. Esto quiere decir que muchos de nuestros productos no los necesitan a no ser que sean de gran calidad y precios competitivos.

Para muestra de cómo estamos no hay más que ver las ruinas industriales de empresas que fueron boyantes y pujantes de sus productos para bien de nuestra economía, sin contar además con las empresas desaparecidas en cuyos solares se han edificado viviendas.

Con la que está cayendo estamos como para recomendar a nuestros empresarios que vendan menos en los mercados más cercanos.