En todos los órdenes de la vida, la toma de buenas decisiones es algo que aparentemente parece fácil y carente de esfuerzo, pero sin embargo, dependiendo de la magnitud de esta, nos determinara la vida en esa misma proporción.

Tanto personal como profesionalmente, en numerosas ocasiones, tenemos la oportunidad de tomar ciertas decisiones en un sentido u otro, e incluso en ignorar esa oportunidad. Las pequeñas decisiones cotidianas son eso, el día a día. Pero la gran injusticia de las grandes decisiones es la incertidumbre que generan y, sobre todo, que sus resultados son solo medibles en el largo plazo.

En política es lo mismo. Una decisión tomada hoy, quien la toma, asume el riesgo de que sus frutos aparecerán dentro de unos años. Sin embargo, sus detractores, en el día de hoy, tendrán carnaza para desacreditarle e incluso calumniarle, con la ventaja añadida de que dentro de unos años, si el fruto es apetecible; todo el mundo se apunte a la merienda.

Basta ver algunos ejemplos significativos de nuestra reciente historia. El Concierto Económico, que en su día los catalanes lo rechazaron, los de la izquierda abertzale lo tachaban de dependencia española, y a los españoles hubo que arrebatarles a tirones. Ahora, los catalanes lo desean con todos sus amores, la izquierda abertzale lo aplaude pero en la intimidad, y otros se autoadjudican el modelo Euskadi.

Se pueden citar innumerables ejemplos de decisiones claves en nuestros tiempos, empezando por el propio proceso de construcción nacional a través del proceso autonómico, la creación de las instituciones vascas, la Ertzaintza, el Guggenheim, el metro de Bilbao, Euskaltel, autovías, recientemente Kutxabank, etc.

Por otro lado, a día de hoy, unos incluso no reconocen abiertamente el gran error que supuso Txiberta, todo el dolor y terror que ello arrastró, y nadie se responsabiliza de ello. Otros, ni están ni se les espera.

Como decía aquel, después de ver los CJNS, siempre macho, y es que la toma de buenas decisiones siempre supone desgaste, soledad e incomprensión. Es como ahora, en época de vacas flacas, cuando se nota quién hace política con miras estratégicas de País y quién es solo capaz de jugar al regate en corto.

¿Cuál es y qué partido produjo el modelo Euskadi?