Conocí a la andereño Bego Jauregizar de Arizko Ikastola de Basauri en el año 2000, y antes de tratarla de cerca ya me resultaba curiosa su presencia, ya que tintaba su voluminoso cabello de distintos colores que le daba una presencia excéntrica a la par que atractiva e interesante, como la de una bruja buena.
Cuando le dio clase a nuestro hijo con tres años, descubrimos a una entrañable y encantadora persona de las que no abundan, y de la que recibimos toda clase de atenciones y facilidades cuando las necesitábamos, que por supuesto no eran exclusivas hacia nosotros, ya que todos los aitas y todas las amas que la tenían de profesora de sus hijos e hijas opinaban igual.
El otro día en Basauri, al reencontrarme con gente a la que no veía hacía tiempo por habernos cambiado de municipio, me informan de que ya se había jubilado, pero que no había recibido, que la que me informaba supiera, ninguna atención, ni homenaje, ni acto similar de reconocimiento por los muchos años en la enseñanza.
Aunque llegue tarde, pero ya se sabe lo que se dice de lo de llegar aunque sea tarde, le queremos mandar desde aquí nuestro sincero agradecimiento por la labor tan espléndida que hizo, y le deseamos que disfrute merecidamente de una vida con mucha salud y felicidad, con la plena satisfacción de haber hecho un trabajo excepcional que no olvidamos. Eskerrik asko!