El consejero de interior Rodolfo Ares ha vuelto a cesar a tres nuevos mandos de la Ertzaintza esta misma semana. Es una noticia que se está repitiendo cada dos o tres meses, estamos conociendo un cese tras otro, pero los problemas persisten y no se arreglan. No sé cuántos ceses le quedan a Ares por hacer, pero si después de año y medio sigue todavía sin crear un equipo, está claro que quien tiene que plantearse cesar es él mismo. Desde luego a Ares no le faltan motivos para dimitir o ser cesado: hay más delincuencia, hay menos presencia de la Ertzaintza en la calle y, mientras tanto, el consejero dedicado, todo el día, a cambiar a unos jefes por otros. Y por si esto fuera poco, el malestar interno crece dentro de la Ertzain-tza y se puede convocar una huelga de multas. Lo dicho, lo mejor va a ser que en lugar de tanto cambio el que cese sea el propio Ares, porque realmente es difícil hacerlo peor.
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