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Biribilketa

El sagrado porcentaje

Ya me retraté en su día asumiendo la necesidad de que el gasto en Defensa lo considero tristemente necesario. Las dudas me brotan en el consenso aparente sobre cuánto gasto es necesario. Adelanto que puede parecerme muy razonable buscar la equivalencia del esfuerzo entre los aliados europeos en función de su PIB. Lo que no me quito es la sensación de aleatoriedad del 5% que se ha convertido en el sagrado porcentaje que parece separar el compromiso de la dejadez. Admito que el hecho de ser la cifra mínima que exige Donald Trump a Europa y que los socios de la OTAN asumen mayoritariamente, me segrega bilis por los poros.

Desconozco el principio de suficiencia que la justifica. Supongo que alguien ha calculado que con ese gasto ya no nos invaden. Me preocuparía que se haya fijado pensando en que incluso sobre algo para invadir nosotros si se dan las circunstancias. Así que busco una referencia neutral para fijar criterio del límite de mi “belicismo”.

Y lo encuentro en los últimos datos del Banco Mundial en la materia, referentes a 2023. Ahí pone que, al margen de la invadida Ucrania, los países con mayor gasto en defensa sobre su PIB es Eritrea, con más del 20% y Libia, con un 15,5% y no parecen los destinos más seguros que uno puede elegir. Dice también que EE.UU. gastó un 3,4% de su PIB en un ciclo virtuoso en el que la gran mayoría de ese gasto se transformó a su vez en PIB propio por invertirse en su propia industria de Defensa. El sacralizado 5% ni siquiera es estadístico y sospecho que alguien ha medido cuánto dinero entraría en la cartera de su industria militar por ese lado. Y no es la europea. Quizá en el futuro debería serlo, al margen de buenrollismos. Paz y amor.