Frenada de Feijóo
DA la sensación de que Núñez-Feijóo está más cómodo ahora mismo bajando el diapasón. Ya ha conseguido ganar el pulso de la inmediatez a Sánchez, Tribunal Constitucional mediante, pero a costa de tanto petardeo del motor institucional que no parece buena idea quemar goma haciendo trompos para celebrarlo. El presidente español ha convertido la derrota de su iniciativa legislativa cogida con pinzas en escaparate de la connivencia entre las derechas política y judicial y con ello quiere sacar del letargo a su electorado.
Porque, ¿qué ha sucedido en el fondo? Pues que las reformas de los delitos de sedición y malversación han salido adelante en todo caso, lo que reduce la efectividad real del recurso del PP. Es cierto que con este se ha puesto freno a un procedimiento de urgencia cuestionable y que la renovación del TC sigue parada; pero la misma fórmula de renovación ahora frustrada está en disposición de salir adelante en cuestión de semanas mediante proposición de ley.
Lo que queda del tránsito es que ha vuelto a retratar lo peor de la politización de los máximos órganos de la Justicia en el Estado. Con un Consejo General del Poder Judicial y un TC tan abiertamente alineados con sus mentores políticos, hay munición para que la ventaja de Feijóo en los sondeos –salvo los del CIS– mengüe en medio de un griterío sobre jueces que no se inhiben cuando debieran y mutuos reproches de golpismo.
El PP estaba en posición de que el tiempo corriera a favor pero puede pinchar por una victoria pírrica. Sea por hacer o devolver favores, los togados amparados por sus siglas se exhiben dejando por el camino principios como la inhibición en asuntos que les implican o la separación de poderes, que también se lesiona cuando es el Judicial el que condiciona los procesos del Legislativo. Así que Feijóo clava frenos pero puede haberse dejado media rueda en esta curva. l